jueves, 29 de julio de 2010

GENTE CON LA CABEZA QUEMADA POR EL ROCK -


Por Diego Romero
Ricardo Piglia, en un discurso pronunciado en una conferencia a docentes[1], dijo que la poesía –estoy parafraseándolo, no lo cito textualmente- tiene una complejidad diferente a otros tipos de textos. El lenguaje de la poesía es un lenguaje donde impera la condensación, la poesía dice muchas cosas con pocas palabras. Por ende, la enseñanza de la literatura supone un aprendizaje de un modo de leer acorde a ese modo particular de significar, adecuada a esa manera singular de producir sentido.

Por otro lado, Juan Sasturain en una revista[2] destinada a docentes pero no exclusiva, sostiene que “escribimos literatura porque creemos que hay otras formas de iluminar la realidad.” Sin embargo, para leer literatura, hay que poner “el énfasis en el cómo y no en la referencia, en lo verosímil y no en la veracidad.” Es más, Sasturain es más contundente y afirma que “nada en literatura es verdad… la verdad en literatura pasa por otro lado, no pasa por la verificación de los datos en la realidad fuera del texto, sino por el poder de persuasión del texto mismo.” Pero se refiere a la persuasión del texto literario como un texto capaz de proponer una lectura más allá de lo literal, más allá del significado referencial de los signos.
Recurro a estos dos docentes y escritores (desconociendo qué pensarán de los textos producidos en los talleres y recopilados como muestras de la producción de los mismos, los textos “malditos” que propiciaron esta polémica) no para impostar una pose de intelectual ni erudito que no la tengo ni me interesa. Sino para opinar dentro de ese marco, sin ánimo de ofender a la gente que se alarmó, inquietó, molestó y/o/u ofendió por ¿la inclusión de textos producidos en los talleres y recopilados como muestras de la producción de los mismos?
Pues bien, Mario Caparra (el responsable del segmento sobre poesía del libro Arquitextos. Herramientas creativas para la producción literaria y el responsable de los talleres del mismo rubro de la Red de Talleres Literarios Tomemos la palabra, no el autor de los susodichos “malditos” textos) propone como herramienta de trabajo para abordar las prácticas de lectura y escritura literarias (tal la finalidad de este libro didáctico pedagógico, no literario, según la valoración hecha por la Directora del Área de Letras del Instituto de Cultura en las palabras preliminares) un ejercicio (entre los muchos que comparte) descripto en los párrafos precedentes a los “malditos” textos en la Consigna 3 del apartado Inventiva (Pp. 37-51) que los responsables de la nota del portal solochaco.com parecen obviar, al igual que mucha gente que “comenta” en los distintos enlaces donde se publica esta “noticia”.
No creo que estos textos, en particular, ni el libro, en su totalidad, “inciten” –el verbo es del portal antedicho- a la pedofilia. Sobre todo porque –lo afirmo- Mario trabaja con la comprensión y producción de textos literarios dentro de una dinámica que contempla como dos de los contenidos actitudinales “la confianza en la propia producción literaria... y la permeabilidad ante las críticas y la predisposición para revisar y corregir los textos producidos”[3] (Pág. 28) entre los/as talleristas. Entonces, si estos textos, “malditos” textos, a pesar de que sortearon estas etapas y (¿des?)afortunadamente fueron incluidos en este libro para circular como un bien cultural al alcance de todos y todas quienes se interesen por estas prácticas singulares (la escritura y la lectura de textos literarios, prácticas que necesitan una iniciación, un acompañamiento) son “entendidos” como estímulos para ejecutar actos pedófilos, Saborido y Capusotto tienen insumos suficientes para seguir componiendo personajes similares a Eduardo Helenfermo, el hombre “con la cabeza quemada por el rock”.
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[1] En: El monitor de la educación, Nº 24 – 5ª Época, Marzo 2010. Pp. 58-62.
[1] Instituto de Cultura (2010) Arquitextos. Herramientas creativas para la producción literaria, Roberto Mateo y Mario Caparra. – 1ª ed. – Resistencia: Instituto de Cultura de la Provincia del Chaco.


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