lunes, 28 de septiembre de 2020

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Foto: Mercedes Alegre

El conteo preliminar es desfavorable. Y sin embargo, ahí estamos, apunto de subirnos a un colectivo para hacer más de 900 kilómetros, pertrechadas como si nos fuéramos de campamento: frazadas para pasar la madrugada de invierno, botellas de agua, galletitas y golosinas, y por supuesto los pañuelos verdes atados en los bolsos, en las muñecas, al cuello. El color multiplicado como consigna de lucha y sororidad.