lunes, 29 de octubre de 2018

EL BACKSTAGE DE "ENTRAR Y SALIR DE CANNES" Entrevista a Lucas Brito Sánchez / Mario Caparra


Es difícil para los escritores de nuestra generación atravesar un poemario de Lucas sin odiarlo un poquito. Sin exhibicionismo, sin ningún aspamento barroco o acrobacia vanguardista, logra siempre sorprendernos, estremecernos. Ahora presenta Entrar y salir de Cannes -traducciones del cineasta Wallace Smith- y es un pequeño hallazgo. No sólo por el recurso del heterónimo, sino por la profundidad en el tratamiento, que permite que el libro sea leído como una reflexión sobre un oficio que practica con toda destreza: la poesía; y otro que no ejerce en absoluto: el cine. Waykhuli asedió a Lucas hasta que accedió a charlar con nosotros sobre sus búsquedas y sus límites, el poema como extrañamiento, como cartografía familiar, pero nunca como plan turístico. 

Revista Waykhuli -El recurso de las traducciones ¿apunta a un "extrañamiento" respecto de la poesía que construiste hasta ahora (Los perros y las cosas y Elefantes y perros)?

Lucas Brito Sánchez -Fue surgiendo sobre la marcha. Primero aparecieron las sinopsis de las películas, que eran viejos proyectos archivados en un pen drive. Después aparecieron los poemas sobre cine, una temática que vengo abordando hace bastante. De hecho, La fundación de Japón transcurre en un set de filmación de una isla que no existe. Y así cobraron vida estos hermanos cineastas, a la par de las tramas. Recién ahí me di cuenta de que tenía una historia distinta que, como decís, marca una distancia con mis anteriores libros.

Nunca participé en un rodaje. Mi trabajo oficial se limita a escribir gacetillas de prensa en la Dirección de Cine. Entrar y salir de Cannes no es un libro de periodismo y, por lo tanto, no le exijo rigor. Simplemente me pareció más interesante una vida contada desde la óptica de uno de los protagonistas.

RW -¿Los heterónimos son la manera más barata de viajar a Norteamérica?

LBS -Ojalá fuera así. No creo que leer sea como viajar. Las veces que viajé, experimenté algo físico, con todo el cuerpo y no solo con una parte. Sin ofender a nadie: si creen que leyendo “viajan”, creo se están perdiendo de otra cosa. No soy nadie para decirles cómo tienen que leer. Por mi parte, si me dan a elegir, viajaría. Las aventuras de los libros son eso, aventuras de libros. Además, es muy difícil recrear ciudades y lugares con descripciones. No requiere solo talento del narrador sino una apertura, una disposición de la imaginación para acompañarlo. Siempre me costó seguir el tranco a narraciones de ciudades que nunca visité. Creo que por eso en mis textos los lugares son no-lugares, geografías imprecisas, desastrosas a veces.

Viajar implica dinero, algo que siempre fue un problema en la vida de estos hermanos. En sus vidas hay una relación extraña con los intercambios.

RW -Alguna vez, entre gacetilla y gacetilla, confesaste que tu libro favorito de Gelman era Poemas de Sidney West. Estas traducciones de Wallace Smith ¿pueden interpretarse como un guiño a aquel libro (en clave de homenaje o de parodia)?

LBS -Mientras escribía no tuve en cuenta ese poemario de Gelman, que me sigue pareciendo excelente, es el que más me gusta de él. De hecho, hace mucho que no releo nada suyo, pero inconscientemente puedo decir que sí es un homenaje. Ya sabemos que las lecturas se guardan en algún sitio para luego emerger de forma inesperada. No lo había pensado hasta que me lo recodaste. Por otra parte, Gelman es demasiado imitable. Uno lo lee y se pone a gelmanear. Cuando me siento a escribir trato de leer cosas opuestas para mantener una distancia con lo que quiero lograr. Si es narrativa lo que estoy escribiendo, trato de leer más poesía o textos científicos; si es poesía, leo narrativa y así.

Lo de inventar biografías viene más por el lado de Marcel Schwob con ese precioso librito que es Vidas imaginarias. Y por supuesto, Roberto Bolaño con La literatura nazi en América; a él le debo más que a otros en estos momentos.  

RW -Cuando leímos tus anteriores poemarios sentimos que era una poética situada, hecha de detalles mínimos que referían a la ciudad, los rostros y los días; las calles, los bares... paisajes compartidos. ¿Pasa esto con la de Smith? ¿Hay algo más de su paisaje o biografía que nos puedas contar?

LBS- Wallace es el narrador principal. Mi participación e implicación directa en el libro está en las críticas de cine que funcionan como sinopsis de sus películas: muchas tienen opiniones y subjetividades desde lo visual y narrativo. Los poemas funcionan como biografía de ambos. Es también, si se quiere, un diario de rodaje. O unos cuadernos completos, ya que abarcan distintos años, lugares y momentos.

El proyecto fílmico de los hermanos Smith fue desmesurado. Participar de una instancia como la de Cannes es, claro está, una burla a su propio trabajo. Aunque la calidad de sus películas es dudosa, sus apuestas estéticas son superiores a muchas que se producen en cantidades industriales. La vida de ambos funciona como metáfora de la innovación y el riesgo de fracaso que implica ser obstinados en un mundo de falsos paradigmas dominantes.      

DOS POEMAS DE MUESTRA

7

Amo todo lo que sea chupable
sin obligaciones, decía
mi hermano Enrol
sea
whisky
té rojo
tetas con Sprite
helado en cuchara
mermeladas con el dedo
cuellos, vientres o pantorrillas.
Cada vez que me pongo a chupar
resuenan los lamentos
de cineastas condenados
a este oficio
mal pago.

71

la vida en el rodaje
la prisa por nada

¿habrá algo más peligroso
más nuclear
que ese empujón a decir y hacer
sin realmente hacer y decir?
acabar con los vicios puros.
traficar,
mentir con placer.

el mal no desaparece
uno sólamente cambia de opinión.



***
Lucas Brito Sánchez nació en Resistencia, Chaco, en 1980. Es periodista y escritor. Entre 2003 y 2006 publicó tres libros de poesía en ediciones de autor. Sus últimos libros fueron la novela corta La fundación de Japón (Colección Mulita, 2013) y los poemas y collages de Elefantes y Perros (Nulú Bonsai, Buenos Aires, 2015). También participó en varias antologías poéticas. Su trabajo como cronista está incluido en las antologías Como Seelstrang y Bitácora, cuaderno de espíritu nómade (ambos coeditados por el Centro Cultural Alternativo y Editorial Contexto). Junto a Matías Rivarola escribió dos novelas cortas aún inéditas. Además colaboró con artículos y columnas de opinión en diarios locales y en revistas digitales. Actualmente trabaja como periodista en el Departamento de Cine del Instituto de Cultura del Chaco.

2 comentarios:

FEDE dijo...

Cuánta razón en eso de la envidia. La certeza con que mira el mundo don Lucas BS Ees de esas que te dan ganas de abrazarlo y ponerle una gotita de cianuro en el wisky

Wallace Smith dijo...

Ay Fede, me hacés sonrojar!! Llevá el whisky, que llevo un botellón de cianuro all inclusive.